Domingo Luis Rodríguez Oramas, El Colorao, timplista majorero de fama internacional
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Domingo Luis Rodríguez Oramas, El Colorao, timplista majorero de fama internacional.
La mejor promoción de Fuerteventura es vender cultura y no nuestra isla.
POR: Carolina Santos. PARA: La Revista Mi Pueblo Fuerteventura. FOTOS: De Producciones Zukoabega realizadas por: Gabriel Fuselli y de Carolina Santos
Siendo una persona tan sencilla y cercana, ¿no te impone propuestas como tocar con la Filarmónica o en escenarios ante miles de personas?
Claro que me impone subir a tocar en un escenario así, pero eso no tiene que ver con ser cercano o vivir en una burbuja. Al músico que no le dé un poco de nervio cuando va a tocar a algún sitio, ya sea un auditorio, una iglesia o en la plaza de un pueblo, ese músico tiene poco que transmitir. Lo normal es sentir la responsabilidad y el nervio.
En tus conciertos emocionas al público, pero ¿por qué te emocionas tú?
A mí me emociona tocar. No saber qué va a suceder, hace que te concentres, y si uno logra emocionarse, entonces logras emocionar. Intento no perder la realidad, intento que el timple sea un filtro de mi corazón y que llegue al público. Pero no depende del momento o el lugar, depende de uno. Depende de los duendes o de los planetas, o que el público esté predispuesto, o algo pasa… que de repente sucede algo mágico, que es inesperado porque nunca sabes cuando va a suceder. Hay duende.
Si tuviera que describir Fuerteventura tendría que hablar del timple y también de Domingo El Colorao, pero para ti ¿qué representa Fuerteventura?
Nací en Fuerteventura, en una Fuerteventura que no tiene que ver con la actual. Fíjate Carolina que la primera vez que vine a Puerto fue con seis años para hacerme el trajecito de la primera comunión. No había coches… era una Fuerteventura muy rural. Mis padres eran músicos, mi abuelo era músico… músicos currantes, tocaban de oído, eran músicos folclóricos que tocaban en los pueblos, en plazas, en la agrupación folclórica. En mi casa había una sola radio que la monopolizaba mi padre. Cuando a los 20 años me fui a Francia, yo era de Tetir, no era ni canario, ni de Fuerteventura, sino de Tetir y los alrededores. Estoy impregnado de Fuerteventura, afortunadamente, si hubiera nacido en Galicia hubiese tenido el mismo orgullo de ser gallego, pero nací aquí y es algo que llevo con orgullo.
Siendo una persona tan sencilla y cercana, ¿no te impone propuestas como tocar con la Filarmónica o en escenarios ante miles de personas?
Claro que me impone subir a tocar en un escenario así, pero eso no tiene que ver con ser cercano o vivir en una burbuja. Al músico que no le dé un poco de nervio cuando va a tocar a algún sitio, ya sea un auditorio, una iglesia o en la plaza de un pueblo, ese músico tiene poco que transmitir. Lo normal es sentir la responsabilidad y el nervio.
En tus conciertos emocionas al público, pero ¿por qué te emocionas tú?
A mí me emociona tocar. No saber qué va a suceder, hace que te concentres, y si uno logra emocionarse, entonces logras emocionar. Intento no perder la realidad, intento que el timple sea un filtro de mi corazón y que llegue al público. Pero no depende del momento o el lugar, depende de uno. Depende de los duendes o de los planetas, o que el público esté predispuesto, o algo pasa… que de repente sucede algo mágico, que es inesperado porque nunca sabes cuando va a suceder. Hay duende.
Si tuviera que describir Fuerteventura tendría que hablar del timple y también de Domingo El Colorao, pero para ti ¿qué representa Fuerteventura?
Nací en Fuerteventura, en una Fuerteventura que no tiene que ver con la actual. Fíjate Carolina que la primera vez que vine a Puerto fue con seis años para hacerme el trajecito de la primera comunión. No había coches… era una Fuerteventura muy rural. Mis padres eran músicos, mi abuelo era músico… músicos currantes, tocaban de oído, eran músicos folclóricos que tocaban en los pueblos, en plazas, en la agrupación folclórica. En mi casa había una sola radio que la monopolizaba mi padre. Cuando a los 20 años me fui a Francia, yo era de Tetir, no era ni canario, ni de Fuerteventura, sino de Tetir y los alrededores. Estoy impregnado de Fuerteventura, afortunadamente, si hubiera nacido en Galicia hubiese tenido el mismo orgullo de ser gallego, pero nací aquí y es algo que llevo con orgullo.
¿Y lo de ser timplista?
Eso fue un accidente, no fue algo que yo buscase. Empecé bailando en la Agrupación Folclórica, luego empecé con la bandurria y después fui a París a estudiar guitarra clásica. Cuando regresé, empecé con el timple tocando en parrandas, y cuando tuve que elegir entre guitarra o timple, me decanté por el timple porque me pareció que con él podía expresar más, una forma de sentir.
¿Estás satisfechos de la decisión?
Si, bueno, siempre te queda la magua de elegir una cosa y abandonar otras. Gustarme, me gusta la guitarra, el violín, el laúd… si pudiera tocar todos los instrumentos los tocaría, pero cuando quieres dedicarte a uno en concreto tienes que meterle horas, la guitarra la tengo abandonada y es un instrumento en el que metí muchas horas y me dio muchas alegrías, y aunque me da tristeza, también reconozco la satisfacción que me ha dado el timple.
Sé que te han propuesto tocar jazz.
Si, si, me preguntan por qué no hago jazz, pero no, porque esa música no la he vivido yo. Estuve en Nueva Orleans y nunca tocaré jazz como tocan la gente de allí, ni nunca tocaré música celta como lo hace Carlos Núñez… Lo mejor que puedo hacer es música de donde me crié, donde vivo y de donde soy. Siento la tierra canaria y trato de ser sincero con mi persona y con lo que toco. No toco mejor que nadie y nadie toca mejor que yo.
Entre conciertos, clases que impartes en la Escuela de Música, vida familiar y amigos, ¿te queda tiempo para estar a solas con el timple?A veces necesito la soledad y no la tengo. Donde más soledad he tenido es en las grandes ciudades, cuando viví en París, Madrid. Es una cosa extraña pero cuanta más gente hay en un sitio, más sólo estas. París es una ciudad que para estudiar fue fundamental en mi vida. El francés y yo estábamos peleados, hasta que me fui adaptando, pero es una ciudad que te invita al estudio, además no conocía gente. No es como aquí, que al minuto de salir a la puerta de la calle ya te enredas con un montón de gente y cuando te das cuenta han pasado horas, aunque salieras para hacer dos cosas. Es más difícil concentrarse y estudiar. Pero bueno, trato de compaginarlo, llevarlo y obligarme un poco, aunque estudiando también disfruto.
Entre conciertos, clases que impartes en la Escuela de Música, vida familiar y amigos, ¿te queda tiempo para estar a solas con el timple?A veces necesito la soledad y no la tengo. Donde más soledad he tenido es en las grandes ciudades, cuando viví en París, Madrid. Es una cosa extraña pero cuanta más gente hay en un sitio, más sólo estas. París es una ciudad que para estudiar fue fundamental en mi vida. El francés y yo estábamos peleados, hasta que me fui adaptando, pero es una ciudad que te invita al estudio, además no conocía gente. No es como aquí, que al minuto de salir a la puerta de la calle ya te enredas con un montón de gente y cuando te das cuenta han pasado horas, aunque salieras para hacer dos cosas. Es más difícil concentrarse y estudiar. Pero bueno, trato de compaginarlo, llevarlo y obligarme un poco, aunque estudiando también disfruto.
Más que compositor eres arreglista e interprete de melodías.
He compuesto algo pero soy más músico que intérprete. Sobre los temas tradicionales canarios creo melodías, arreglo, armonizo sobre folías, isas, malagueñas, berlinas, etc. Donde más destaca mi parcela musical es en haber llevado el folclore a un ámbito nuevo.
¿Tienes la sensación de que ya has hecho con el timple todo lo que podías hacer?
No. Siempre te queda la magua de que podías haber hecho mucho más, pero bueno, también he vivido y gozado la vida bien, y haberla vivido así es lo que hace que interprete la música como lo hago. El músico que piense que ya lo ha dado todo, que se retire. Creo que moriré pensando que puedo dar mucho más. Andrés Segovia, Paco de Lucía, Keith Jarrett, Mancini, siempre a la búsqueda de algo nuevo y diferente, esa es la satisfacción no del músico sino del artista. La constante búsqueda o sensación de insatisfacción es algo difícil de explicar.
¿Qué influye en tu forma de tocar?Escucho muy poca música, no tengo tiempo. Con suerte en el coche donde por desgracia los discos se oyen fatal porque es un aparato viejo igual que el coche. En casa me dedico a mi familia o a estudiar. Atiendo poco a las letras, me gusta la voz como melodía, me despistan las letras. Escucho a Silvio Rodríguez pero no soy capaz de entender una canción de principio a fin, igual si la leyera…, pero el oído se me va a la melodía, los acordes.
Vives con ilusión.
De ilusión me paso de rosca, porque cuando me comprometo con algo me emociono de una manera, que me meto muy a fondo con ellas y hasta el momento he tenido la suerte que han ido saliendo. Tengo demasiados calderos al fuego pero espero que todos vean la luz.
¿Qué proyecto o proyectos principales tienes en mente ahora?
Buffff, si te contara. Ahora voy a tocar la suite canaria en el Pérez Galdós. Tengo un encargo en el Cuyas para diciembre que se llama Encrucijada que es una actuación con Kepa Junkera, con un músico del Atlas que toca el laúd, y con otros músicos venezolanos y de aquí. Todo transcurre en un barco que en sí es una encrucijada de culturas, donde tocamos juntos o separados, donde somos felices haciendo música y borramos las fronteras. Después también tengo un concierto de hora y media sólo el timple y yo en el Alfredo Kraus, donde en diciembre haré una grabación en directo, junto a Juan Carlos, El Palmero, con tres tenores, Jorge de León recientemente nombrado mejor del mundo, Celso Alvelo y Pancho Corujo.
¿Te queda algo en el tintero?
Pues si, un nuevo Método por publicar, preparado desde hace dos años, al que necesito dedicar un par de meses concentrado, y bueno, muchos más proyectos.
Madre mía, cuando te vas a dormir sonríes sólo pensando en todo esto.
Bueno, depende del vino. No, en serio, la verdad, es que la cabeza me bulle todo el rato, y como les ocurre a tantos, a veces me despierto y me cuesta conciliar el sueño.
Vives con ilusión.
De ilusión me paso de rosca, porque cuando me comprometo con algo me emociono de una manera, que me meto muy a fondo con ellas y hasta el momento he tenido la suerte que han ido saliendo. Tengo demasiados calderos al fuego pero espero que todos vean la luz.
¿Qué proyecto o proyectos principales tienes en mente ahora?
Buffff, si te contara. Ahora voy a tocar la suite canaria en el Pérez Galdós. Tengo un encargo en el Cuyas para diciembre que se llama Encrucijada que es una actuación con Kepa Junkera, con un músico del Atlas que toca el laúd, y con otros músicos venezolanos y de aquí. Todo transcurre en un barco que en sí es una encrucijada de culturas, donde tocamos juntos o separados, donde somos felices haciendo música y borramos las fronteras. Después también tengo un concierto de hora y media sólo el timple y yo en el Alfredo Kraus, donde en diciembre haré una grabación en directo, junto a Juan Carlos, El Palmero, con tres tenores, Jorge de León recientemente nombrado mejor del mundo, Celso Alvelo y Pancho Corujo.
¿Te queda algo en el tintero?
Pues si, un nuevo Método por publicar, preparado desde hace dos años, al que necesito dedicar un par de meses concentrado, y bueno, muchos más proyectos.
Madre mía, cuando te vas a dormir sonríes sólo pensando en todo esto.
Bueno, depende del vino. No, en serio, la verdad, es que la cabeza me bulle todo el rato, y como les ocurre a tantos, a veces me despierto y me cuesta conciliar el sueño.
Pero ya tienes publicado un Método que es el primero o uno de los primeros editados sobre escritura solfeística para el timple.
Si, pero es muy elemental, pero sí, escribí el primer Método de escritura solfeística para timple y senté unas bases que son las que se están aplicando. Después también empecé a escribir con solfeo y cifrado, porque este segundo es más accesible para todo el mundo, hayan o no estudiado música. Muchos músicos buenos empezaron sin saber música como BB King, Raimundo Amador... Creo que hay que escribir para todos y por ahí va el nuevo Método.
¿Crees que se debe diferenciar entre cultura y cultura canaria?
Cada sitio tiene su idiosincrasia, como la tiene Canarias y la defiendo, como defiendo que Galicia o Cataluña o cualquier comunidad o país tenga su cultura, pero a veces, somos un poco engreídos defendiendo lo canario y después permitimos que nos pisoteen por todos los lados. Hay una dualidad media rara. Los colegios están abandonados de cultura canaria, de que los chiquillos aprendan nuestra música, nuestro teatro, que lean escritores canarios como Pedro García Cabrera, Rafael Arozarena, o a los timplistas José Antonio Ramos, Casimiro Camacho, Totoyo Millares, y esto es algo que hay que trabajar en la base y no un día al año. Eso es diferente al chovinismo de decir lo canario es lo mejor, los mejores quesos, los mejores sancochos. Cada cosa tiene su historia y su gusto y hay que buscar lo bonito de todo. No se es mejor ni peor por ser canario.
Ya que estamos, ¿qué opinas del nacionalismo?
Soy más partidario de un mundo sin fronteras. Creo que Eduardo Galeano era el que decía, el nacionalismo se quita viajando. A ver, de alguna forma soy nacionalista pero alejado de chovinismos y fronteras. Abogo por un mundo sin fronteras.
Eres músico y persona comprometida con muchas causas.
Como músico me llaman, voy y toco, pero como ciudadano me manifiesto y digo lo que pienso. Como ciudadano de a pie, estoy en contra del proyecto Chillida en Tindaya, exijo una Sanidad Digna, me manifesté contra la plataforma petrolera…
El proyecto Tindaya tiene su origen en un proyecto artístico. Es como ocurre con el festival de Música Canaria, donde parece que cualquier cosa que venga de fuera es mejor. Yo admiro y respeto a Chillida como a todo artista y me parece respetable su proyecto de vaciado de la montaña, pero nosotros debemos decidir sobre si esto se puede tocar o esto no.
¿Y la Montaña de Tindaya no se puede tocar?
Claro que no, Tindaya es un monumento natural en sí misma. Es un paraje que nuestros antecesores desde antes de la colonización española eligieron como lugar sagrado, contiene nuestra historia y nuestro vínculo con África. Nosotros en este momento de locura de construcción de turismo, podemos romper la isla, pero tenemos el deber de dejar a nuestros herederos un sitio donde recurrir cuando ellos quieran buscar sus señas de identidad. Tindaya debe protegerse como paraje natural donde no pueda tocarse nada. No creo que el Proyecto Chillida sea fundamental para la isla, ni nos vaya a salvar la vida, pero la montaña es ya nuestra historia.
Ya que estamos, ¿qué opinas del nacionalismo?
Soy más partidario de un mundo sin fronteras. Creo que Eduardo Galeano era el que decía, el nacionalismo se quita viajando. A ver, de alguna forma soy nacionalista pero alejado de chovinismos y fronteras. Abogo por un mundo sin fronteras.
Eres músico y persona comprometida con muchas causas.
Como músico me llaman, voy y toco, pero como ciudadano me manifiesto y digo lo que pienso. Como ciudadano de a pie, estoy en contra del proyecto Chillida en Tindaya, exijo una Sanidad Digna, me manifesté contra la plataforma petrolera…
El proyecto Tindaya tiene su origen en un proyecto artístico. Es como ocurre con el festival de Música Canaria, donde parece que cualquier cosa que venga de fuera es mejor. Yo admiro y respeto a Chillida como a todo artista y me parece respetable su proyecto de vaciado de la montaña, pero nosotros debemos decidir sobre si esto se puede tocar o esto no.
¿Y la Montaña de Tindaya no se puede tocar?
Claro que no, Tindaya es un monumento natural en sí misma. Es un paraje que nuestros antecesores desde antes de la colonización española eligieron como lugar sagrado, contiene nuestra historia y nuestro vínculo con África. Nosotros en este momento de locura de construcción de turismo, podemos romper la isla, pero tenemos el deber de dejar a nuestros herederos un sitio donde recurrir cuando ellos quieran buscar sus señas de identidad. Tindaya debe protegerse como paraje natural donde no pueda tocarse nada. No creo que el Proyecto Chillida sea fundamental para la isla, ni nos vaya a salvar la vida, pero la montaña es ya nuestra historia.
Justifican el proyecto como atractivo turístico en todo el mundo.
La principal promoción de Fuerteventura debiera ser vendiendo nuestra cultura y no nuestra isla. Cabo Verde es conocido en el mundo no por sus campañas turísticas sino por Cesarea Evora, Andalucía por el flamenco, Paco de Lucía, Camarón, Cuba... la mejor promoción es vender cultura.
¿Qué significa para ti el término Turismo?
El turismo aquí desde el principio se planteó mal. Vimos a la gallina con los huevos de oro y decidimos matar la gallina, en vez de vender los huevos de oro. Los ayuntamientos hicieron lo que les pareció con unos acaldes y concejales cuyo nivel cultural, en muchos casos, brillaba por su ausencia y entonces hicieron barrabasadas como fabricar en las dunas u otras construcciones horribles. No hemos crecido como debíamos haber crecido. El mismo Cotillo que era un puertito marinero precioso hasta hace 30 años, que podía haber crecido respetando las casas mirando al mar, heredando la herencia de familias de pescadores… pues no, lo que hacen es masificar, unos tour operadores que construyen hoteles gigantes y que no les importará, si esto fracasa el día de mañana, marcharse a otro sitio, una vez que todo esté ya quemado y deteriorado.
Se abandonó la agricultura, la ganadería… la nueva generación en Fuerteventura, no sabe ni que aquí las gavias sirven para cultivar lentejas, cereales, ni que esta isla era el granero de canarias. No saben nada.
Menos mal, que tienes capacidad para llevarte bien con todo el mundo.
Lo que no tengo son pelos en la lengua y me llevo bien con todo el mundo o lo intento. Lo que no significa que a mi todo el mundo me caiga igual. Los colores políticos no tienen que ver para llevarte bien con la gente, para hablar y reír. Las emociones son igual en todos los ciudadanos.
Domingo, gracias por elegir el timple como expresión de sentimientos. Gracias por el compromiso con tu tierra y gracias por impregnar al mundo del sabor y sonidos de Fuerteventura.
Un placer, Carolina, y como es jueves, ¿te parece que nos unamos a la concentración por una Sanidad Digna?
Por supuesto, vamos.
Entrevista públicada en la edición nº 60 de la Revista Mi Pueblo Fuerteventura, Octubre-Novembre de 2016
El turismo aquí desde el principio se planteó mal. Vimos a la gallina con los huevos de oro y decidimos matar la gallina, en vez de vender los huevos de oro. Los ayuntamientos hicieron lo que les pareció con unos acaldes y concejales cuyo nivel cultural, en muchos casos, brillaba por su ausencia y entonces hicieron barrabasadas como fabricar en las dunas u otras construcciones horribles. No hemos crecido como debíamos haber crecido. El mismo Cotillo que era un puertito marinero precioso hasta hace 30 años, que podía haber crecido respetando las casas mirando al mar, heredando la herencia de familias de pescadores… pues no, lo que hacen es masificar, unos tour operadores que construyen hoteles gigantes y que no les importará, si esto fracasa el día de mañana, marcharse a otro sitio, una vez que todo esté ya quemado y deteriorado.
Se abandonó la agricultura, la ganadería… la nueva generación en Fuerteventura, no sabe ni que aquí las gavias sirven para cultivar lentejas, cereales, ni que esta isla era el granero de canarias. No saben nada.
Menos mal, que tienes capacidad para llevarte bien con todo el mundo.
Lo que no tengo son pelos en la lengua y me llevo bien con todo el mundo o lo intento. Lo que no significa que a mi todo el mundo me caiga igual. Los colores políticos no tienen que ver para llevarte bien con la gente, para hablar y reír. Las emociones son igual en todos los ciudadanos.
Domingo, gracias por elegir el timple como expresión de sentimientos. Gracias por el compromiso con tu tierra y gracias por impregnar al mundo del sabor y sonidos de Fuerteventura.
Un placer, Carolina, y como es jueves, ¿te parece que nos unamos a la concentración por una Sanidad Digna?
Por supuesto, vamos.
Entrevista públicada en la edición nº 60 de la Revista Mi Pueblo Fuerteventura, Octubre-Novembre de 2016